Hoy
como otras muchas jornadas, más en este tiempo estival, he madrugado y he
realizado un largo paseo, éste aparte de quemar azúcar, calorías y colesterol
también sirve para reflexionar y plantearte bastantes asuntos. Como la mayoría
de las veces, el trayecto lo realizo en solitario, llevo el teléfono y suelo
escuchar la radio, por cierto, gran compañera. Hoy día, estamos excesivamente contagiados
con Internet y con las nuevas tecnologías, donde e-mails, twitter, Facebook o WhatsApp
nos inundan por doquier, no obstante sigo pensando que el transistor nunca será
sustituido por ninguno de estos avances tecnológicos.
Bueno
vamos al grano, hoy en la tertulia de la SER han entrevistado a Jose Antonio
Griñán, presidente de la Junta de Andalucía. Jose Antonio trató varios temas; entre
otros dijo que la base de todo era la
educación y que una sociedad sin ella no puede prosperar ni mirar al futuro.
También planteó que no se puede recortar y recortar, sin el acompañamiento de
políticas de estímulo, si la ciudadanía no tiene dinero para consumir no se van
a crear puestos de trabajo, no van a surgir nuevas empresas que paguen más
impuestos, no va a aumentar el número de cotizantes a la Seguridad Social, en
definitiva no se va a promover y potenciar el tejido empresarial y productivo que
es lo que verdaderamente absorbe la mayoría del empleo. Pero quizás, lo que más
me llamó la atención, es que Griñán manifestara que detrás de todas estas
convulsiones y especulaciones económicas, hay un cambio ideológico de modelo de
estado, por un lado estaría el pensamiento conservador fomentando aspectos tales
como el despido libre, la privatización de servicios públicos esenciales como
la educación, sanidad y dependencia, o dejando sin cobertura a los desempleados.
Y por el otro se hallaría la vision social-demócrata promoviendo la
solidaridad, la igualdad, la justicia social, la multi-lateralidad, la corresponsabilidad,
. . . siendo el ciudadano el actor principal y hacia el cual deben ir
encaminadas todas las políticas.
Pero
desgraciadamente estamos viviendo, mejor padeciendo, malos tiempos, paupérrimos
tiempos. Estamos asistiendo a continuos recortes, eufemísticamente llamados
ajustes, no con un fino bisturí sino a hachazos, a troche y moche. El Gobierno
de España está dilapidando todo el estado de bienestar que los españoles nos
hemos “ganado” en estos últimos
treinta años. Esta administración satélite y tutelada por las autoridades
europeas con Angela Merkel a la cabeza va a cambiar España y a la sociedad
española tal y como la hemos conocido hasta ahora, de una visión social a otra
liberal-conservadora.